martes, 6 de diciembre de 2011

El poder de la imaginación.




Saludos rebeldeeeeeeeeeees!!!!!!!!!! Aquí llega la segunda entrega de la historia que estamos escribiendo entre un par de chicas. En este capítulo han participado: Aki, Voldy, Quill y Javi.

Espero que os guste ^^

Aquí está el primer capítulo por si alguien no lo ha leído: http://rebelion-potterica.blogspot.com/2011/11/el-poder-de-la-imaginacion.html



CAPÍTULO 2


Después del encuentro con las chicas, aquel hombre siguió su camino rodeando el pueblo. Mientras caminaba, las palabras de su médico resonaban en su mente: "Necesitas aire fresco, amigo mío. Ve a las montañas, donde es puro y hay mucha vegetación. Puedo recomendarte un pueblo muy pintoresco que conozco. Verás que tu salud mejorará con esto." Y así lo hizo. A la semana de hablar con su médico, se mudó al pequeño pueblo montañés de L'Arc~en~ciel, donde podía apreciar bosques y valles a la lejanía y respirar un aire muy puro, totalmente diferente al que había en la húmeda ciudad de Londres, su tierra natal.

Cuando el médico le recomendó que se trasladara a L'Arc~en~ciel, no pudo evitar que se le dibujara una pequeña sonrisa en la cara, ya que para él aquel pueblo no era desconocido. Gran parte de su niñez y de su juventud la había pasado en ese lugar, en ese espléndido paraje.

Por todo eso, desde el instante en que volvió a verse inmerso en aquel lugar tan lleno de vida y alegría, las preguntas invadieron su cabeza. ¿Era feliz? ¿Estaba satisfecho con su vida?...

El encuentro con las dos chicas volvió a aparecer con fuerza en sus pensamientos. Esas jóvenes debían ser tan felices, sin las preocupaciones que acosaban a alguien como él, tan fuerte y frío como el iceberg que se va consumiendo lentamente en el océano. Y entonces en uno de esos instantes en que un interrogatorio se formulaba en su mente, consiguió la respuesta de una manera tan repentina y dura como lo que había sido el Big Bang... Él no era feliz.

¿Por qué?¿Por qué no podía tener una vida que le llenase de amor, una vida fuera del colegio, una vida que simplemente no estuviese tan vacía?

Sus pasos lo guiaron inconscientemente, cuando quiso saber qué hacía allí no hubo vuelta atrás, no tuvo fuerzas de irse sin verlo otra vez… Allí estaba, intacto como si fuese el primer día, como si los últimos veinticinco años no hubieran transcurrido allí.

Ante él había una gran roca en forma de estrella con la inscripción “S y L para siempre”. No pudo evitar sonreír y llorar a la vez, se inclinó sobre la roca y acarició la inscripción. Sin poder seguir allí por más tiempo, inspiró y se marcho con el suave ondular de su capa.

- Shhhh, calla Vic.

- ¿Cómo que me calle? Eres tú la que hablas… espera… creo que se ha ido. – tras decir esto Vic se levantó y salió de detrás de la pared que las ocultaba, cosa que imitó Mooney con la diferencia de que ésta se dirigió corriendo a la roca y se abalanzó sobre ella.

- Confirmado, no sabe que significa “pasar inadvertidas”. – afirmó Vic acercándose al lugar de la inscripción.

Cuando llegó vio a Mooney con una expresión de sorpresa e indignación en la cara, intrigada por lo que le había causado aquello a su amiga, ella también se arrodilló delante de la roca.

- ¿S y L para siempre? ¿¡Quién es L!? ¡Esto es inadmisible! – dijo de forma tajante Mooney.

- ¿Qué hacéis aquí? – una femenina voz sonó detrás de ellas, justo donde se encontraba el bosque. De la impresión que les causó aquello, las dos se quedaron petrificadas.

Cuando al fin consiguieron reaccionar, las chicas se pusieron de pie con dificultad y se giraron para ver a quién pertenecía aquella voz. Lo que vieron fue una mujer alta y esbelta, con una larga cabellera dorada, a la cual no habían visto jamás.

- ¿Nosotras? Nada… digo… eeeh, mirábamos el paisaje, es muy bonito, ¿no es así Mooney? – dijo Vic con voz temblorosa dando codazos de la forma más discreta posible a su amiga.

- Sí, eso, eso, el paisaje... – respondió la aludida.

La mujer, las miro con el ceño fruncido, obviamente sin creer una sola de las palabras que le acababan de decir.

- Deberíais salir de aquí, pronto oscurecerá y la noche es peligrosa. – dijo, la mujer con tono firme.

Las chicas se miraron, Vic enseguida obedeció, pero Mooney no se movió hasta que ésta le cogió uno de sus brazos y empezó a tirar de ella. La mujer se dispuso a seguir su camino, pero entonces que se fijo en la piedra, y antes de irse, le lanzó una misteriosa mirada a la inscripción.


***Victoria Luna Potter***